Antonio Olivié | 01 de mayo de 2017
Más de seis millones de personas visitan cada año los Museos Vaticanos. Es el gran escaparate de este pequeño Estado de relevancia mundial, que facilita las relaciones externas y la diplomacia de la Curia. Desde este año, por primera vez en la historia, quien lo dirige es una mujer, Barbara Jatta, casada y madre de tres hijos. Su nombramiento forma parte de una progresiva incorporación de mujeres en el Vaticano, donde desde hace un par de años una mujer ocupa el cargo de rector de una universidad pontificia, otra preside un gran hospital o donde hace unos meses se nombró a una española como viceportavoz.
El nombramiento de una mujer laica, Barbara Jatta, al frente de los Museos Vaticanos forma parte de una progresiva incorporación femenina en la estructura de este pequeño Estado
Miguel Ángel Buonarroti, Rafael, Bernini… Algunas de las piezas maestras de los grandes pintores y escultores del renacimiento italiano están bajo el control de Barbara Jatta. Una mujer de 54 años que tiene a sus órdenes a unos 700 empleados, entre restauradores, conservadores, guías y personal administrativo. El papel que tienen los Museos Vaticanos no es meramente de exhibición o conservación de las piezas. También abre las puertas a relaciones internacionales, como el hecho de que en estos momentos se preparan dos muestras en China, un país con el que la Iglesia Católica trata de ganar posiciones día a día.
Que sea una mujer laica, profesional, quien lleve la gestión de este importante centro cultural, es una muestra de confianza del papa Francisco. El hecho de marcar el paso y de ayudar a valorar la labor cultural de la Iglesia para los seis millones de personas que visitan cada año estas salas es muy relevante. Estamos hablando de uno de los cinco museos más visitados del mundo. Mujeres en el Vaticano
Otra de las grandes estructuras del Vaticano, que atiende a miles de pacientes y mueve millones de euros cada año, es el Hospital Bambino Gesù. Se trata de una instalación situada fuera de los muros del Vaticano, pero que forma parte de su ámbito ‘extraterritorial’, lo que a todos los efectos significa la dependencia del Estado de la Iglesia Católica. Desde el año 2015, el cargo de presidente del hospital lo ostenta una mujer, la doctora Mariella Enoc. Su gestión en estos dos años, en un hospital con cerca de 800 camas, ha venido avalada por una reciente confirmación en el cargo por parte de la Secretaría de Estado, para el trienio 2017-2020.
En el ámbito educativo, una religiosa franciscana rompió con todas las tradiciones de las universidades pontificias en el año 2014. Sor Mary Melone, decano de la Facultad de Teología de la Universidad Antoniana, fue nombrada rector de la misma, siendo la primera mujer de la historia en ocupar un cargo así. Se trata de un centro centenario, nacido oficialmente en 1890, como referencia para los estudios de los frailes menores, que depende la Congregación para la Educación Católica del Vaticano.
Tras ser nombrada para el cargo, Melone aseguraba que la Iglesia va ampliando la participación de la mujer en sus instituciones, “pero creo que el papa Francisco ha dado una verdadera aceleración, ha creado un ambiente de reflexión, de replanteamiento y, por ello, de mayor responsabilidad a la presencia de las mujeres”.
Sin necesidad de cuotas, sin demasiado ruido mediático, la participación de las mujeres en la gestión de la Iglesia se hace cada día más presente en comisiones y grupos de asesoramiento de la Curia. Pero también en la parte espiritual. Este año, por primera vez en la historia, los textos del Via Crucis que leyó el Papa el Viernes Santo estaban escritos por una mujer, Anne-Marie Pelletier. Se trata de una teóloga, especialista en la Biblia, y fue también la primera mujer que recibió el Premio Ratzinger, un galardón reservado a las mentes más lúcidas en el ámbito teológico.
Otro ámbito en el que la mujer ha asumido cuotas de poder en el Vaticano es el de la comunicación. El nombramiento de Lucetta Scarafia como responsable del suplemento de mujer de L’Osservatore Romano parecía un hito en su día, hasta que el año pasado surgió el nuevo puesto de Paloma García Ovejero. Esta española, excorresponsal de la Cadena Cope en Roma, ha asumido el cargo de viceportavoz del Vaticano y ya ha tenido que asumir la función de dar la cara por la Iglesia en distintas ocasiones.
Es un hecho significativo el que la voz de la Iglesia Católica sea la de una mujer. Aún permanece como número dos, bajo las órdenes del periodista norteamericano Greg Burke, pero tiene un significado especial en la presencia de mujeres en el Vaticano en puestos de responsabilidad.
La española Paloma García Ovejero, excorresponsal de la Cadena Cope en Roma, ha asumido el cargo de viceportavoz del Vaticano
El que el papa Francisco quiere dar a la mujer mayor peso en la institución es incuestionable. Y, por ello, al abordar la posibilidad del diaconado femenino, ha querido que en la comisión de expertos que lo analiza estén tantas mujeres como hombres, todos expertos en Teología. De este grupo saldrán las pautas para una mayor participación de la mujer en el seno de la Iglesia, contando también con sus opiniones.